Page 6 - RED ZONE OCTUBRE 2020
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Clyde  Edwards-Helaire,  el  hijo de dos padres







          *El destino llevó al novato corredor de Kansas City Chiefs por una historia familiar que empezó mal y
          terminó como historia de película.


          Publicado por Sportscasting

          Cuando el comisionado de la NFL Roger Goodell anunció que el campeón
          defensor del Super Bowl, Kansas City Chiefs, seleccionaba al corredor de
          LSU, Clyde Edwards-Helaire, como la selección final de la primera ronda
          en  el  Draft  2020  de  la  NFL,  marcó  la  culminación  de  una  historia  de
          película que se tejió durante años. Ese anuncio también fue la prueba
          de que la mamá de Edwards-Helaire, Tonge, y sus dos padres, lo hicieron
          absolutamente bien.


          Solo seis meses después del nacimiento de Clyde Edwards Jr., su padre,
          Clyde Edwards Sr., fue arrestado por posesión de cocaína. Fue declarado
          culpable y condenado a 30 años de prisión.

          Poco después de que Edwards ingresara a la cárcel, la madre de Clyde,
          Tonge, conoció a Shannon Helaire. La relación de la pareja floreció.

          Y desde el primer día, Helaire siempre trató al joven, como si fuera su propio
          hijo. Le enseñó todo, desde cómo ser respetuoso y mirar a otro hombre a los
          ojos, hasta cómo pescar y practicar deportes, incluido el futbol americano.



                                                               Al principio Tonge pensó que la estatura de un metro setenta y cuatro
                                                               centímetros de  su hijo lo hacía  demasiado  pequeño  para  jugar  futbol
                                                               americano.  Después  de  consultar  con  su padre  tras  las  rejas,  el joven
                                                               comenzó a jugar y pronto llamó la atención en el proceso.


                                                               A pesar  de sus éxitos,  cada  año había escépticos que cuestionaban  su
                                                               tamaño y predecían que al año siguiente ese factor lo afectaría. Nunca lo
                                                               hizo.

                                                               En sus primeros años de adolescencia, cuando los trofeos comenzaron a
                                                               acumularse, Clyde sintió la necesidad de un cambio. Quería cambiar su
                                                               nombre, pero no quería quitar el nombre de su padre que aún estaba en
                                                               prisión; y a la vez quería honrar al hombre que lo crió y le enseñó todo lo
                                                               que sabía. Nació así Clyde Edwards-Helaire.

                                                               En  2014,  Clyde  Sr.  fue  liberado  de  prisión  por  buen  comportamiento,
                                                               después de cumplir 14 años de su sentencia de 30. Inmediatamente después
                                                               de su liberación, se conectó con su hijo y le hizo una promesa: estaría ahí
                                                               cuando lo necesitara, porque quería recuperar el tiempo perdido.

                                                               Su padre ha cumplido esa promesa. Asistió a todos los partidos de futbol de
                                                               la escuela secundaria de su hijo y observó con asombro cómo su pequeño
                                                               seguía sobresaliendo.

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